Y como no hay en mí fin ni mudanza,
nada fue antes que yo, sino lo eterno…
renunciad para siempre a la esperanza

lunes, 2 de mayo de 2011

LA MUJER DE ANDRÉS HERNANDEZ

...En México es héroe el que no alcanzó a correr

En el encabezado de la nota roja de la semana se leía: “Campesino asesinado por su esposa.” El reportero señalaba que una mujer furiosa por la oposición irracional del difunto propietario de unas tierras estériles de la zona costera de Acapulco tomo la justicia en sus manos ya que su esposo Andrés Hernández se negó a aceptar los donativos que el gobierno le hizo para la rehabilitación de su economía; una casa y diez mil pesos para iniciar una nueva vida. La ignorancia de la gente de estas tierras es su propio verdugo ya que el hombre no sabía distinguir entre lo bueno y lo malo y se aferraba al arenal que los mantenía en la miseria. Ahora, el campesino descansa en paz debido a su indiscutible incapacidad de tomar una decisión para mejorar sus vidas.

Entre otras cosas la columna mencionaba que gracias a la oportuna intervención del Ing. Betancourt, amigo de la familia e incansable defensor de los derechos de los campesinos mexicanos, las cosas no habían llegado más lejos y solo se lamentaba una víctima. 

-¡Verdá ques bonito el cuento!-Ironizó Emigdio al enterarse de la nota.

-Lo que no entiendo es por k dicen k era campesino si se supone que sus tierras eran estériles. Andrés era buen hombre –me confeso un poco triste -es imposible que su mujer pudiera levantarle la mano, imagínense, lo que paso es que nomás no quiso venderle sus tierras al gobierno, vino el Ing. ese Betancourt y dijo que eso estaba expropiado o algo así, como lo del y que eso era del gobierno, si ofrecieron un jacal y unos centavos pero no se los dieron y los terrenos que disque estériles si había de ver la cantidad de frutas que se cosechaban, como no quiso firmar, vinieron las tropas y se le plantaron en su parcelita y Andrés no era de los que se dejaban y se les enfrentó el solicito a todos con su machete y ya ve, ahora resulta que jue su mujer. Pos no. Se los robaron, eran unos terrenitos de Revolcadero y Puerto Marques que nos daban de comer a todos ahora son hoteles donde vienen ahora de vacaciones los riquillos ahí vivía Andrés Hernández con su familia yo vi cuando se les paró con su machete defendiendo lo suyo. Todavía Sabino Palma, un viejo amigo fue a decirle que ya pa´ que, que ya todo se había perdido, pero los soldados estaban envalentonados, nomás fíjese eran como cien pelados con sus rifles , sus granadas y su entrenamiento Gringo contra un hombre en calzón de manta y machete, pos los mendigos lo mataron, poquito quedo de él, pero si ahí dice que jue su mujer, ta´ gueno yo creo que a ella le sobraban 100 balas y dijo “ ahí guárdalas viejo, voy pa´ la cárcel de mujeres.”

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