Y como no hay en mí fin ni mudanza,
nada fue antes que yo, sino lo eterno…
renunciad para siempre a la esperanza

lunes, 11 de julio de 2011

...Y sereis como dioses.

Ayer, tuvimos un momento interesante.
Mi hijo me pidió que jugara con él
-¿Jugamos papá?
-Si, ¿A que quieres que juguemos?
-A que tu eras dios -le dije que si y entonces jugamos, él empezo.
-Papá, oye, dios, escuchame, dios, papá, amigo, oye, oye, ¡oye!. 
-Fiel a mi papel, no le contesté.

2 comentarios:

  1. El problema radica en algo tan sencillo; ¿Como te va responder dios, si no le llamas por su nombre?

    ResponderEliminar
  2. Dios te responde todos los días, te ha permitido ver un nuevo día durante más de 35 años, ha visto tu esfuerzo por salir adelante y a pesar de tu falta de fe y amor hacia él ahí sigue esperando que voltees a agradecer; pero tú soberbia y orgullo no te lo permite. No le mientas a tu hijo haciéndole creer que Dios no escucha nuestras súplicas; mejor dile que perdiste la fe porque no tuviste el suficiente coraje para defender tus creencias, porque no has tenido que tocar fondo y tener que aferrarte a DIOS para salir del más aberrante infierno.

    ResponderEliminar